Testimonios
Mis pacientes se enfrentaron a las mismas dudas que tienes tú ahora.
Para algunos de ellos fue muy difícil dar el paso de pedir ayuda profesional, y lo hicieron cuando se dieron cuenta de que era la elección más esperanzadora, sana y responsable.
Después de vivir en su propia piel la experiencia que supone ir a terapia, han querido compartir su historia contigo para inspirarte y ayudarte.
Sienten el proceso de terapia como una de las mejores decisiones que han tomado en su vida, un antes y un después.
Incluso, como una segunda vida.
El club de los héroes anónimos
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A.
Sin darme cuenta, me había autoconvertido en el saco de boxeo de los que me rodeaban. Quizás en ese momento no me daba cuenta, pero había asumido el rol de «salvadora» dentro de mi núcleo familiar.
Me hacía responsable de cómo se sentían los demás y de cómo se relacionaban entre ellos en casa.
Su malestar era el mío y si había algún conflicto, aunque éste no fuera conmigo, me sentía angustiada. Yo era la responsable de solucionar todo y de protegerlos.
Decidí solicitar ayuda porque toda esta situación empezó a afectarme en todos los aspectos de mi vida.
Después de un fin de semana en cama dando vueltas a conversaciones pasadas y a situaciones que no había podido gestionar como yo quería, entendí que tenía que aprender muchas cosas sobre mí y sobre lo que me pasaba.
Fue difícil dar el paso porque no tenía ni idea de cómo funcionaba una terapia. Me venían pensamientos como: ¿es para tanto?, ¿no puedes solucionarlo tu sola?,¿qué va a pensar mi familia?… Ahora sé que tomé la decisión acertada.
Con Mónica he aprendido muchas cosas sobre mí y me ha facilitado las herramientas para gestionar mi problema.
A día de hoy me siento mucho mejor y tengo más control sobre mi vida.
Al final, las enseñanzas de esta terapia, aunque estaban enfocadas a mi ámbito familiar me han ayudado en otros aspectos de mi vida.
Doy mucho valor a haberme descubierto, esa es una sensación increíble. Cuando reaccionamos espontáneamente a cualquier situación, no solemos analizar por qué hemos reaccionado así.
Después de este proceso pienso que no hay que esperar a estar mal psicológicamente para acudir a un profesional. Deberíamos cuidar la salud mental siempre.
B.
Durante estos últimos años he vivido experiencias muy desagradables para las que nadie te prepara y que nunca he llegado a curar: dos abortos, una relación tóxica en la que sufrí maltrato físico y psicológico, y la muerte de mi padre.
Nadie viene preparado de serie para encajar y afrontar situaciones así de manera saludable.
Miras para otro lado, te evades lo mejor que puedes (mientras puedes) hasta que todo sale a flote de nuevo en momentos de crisis.
Empecé a notar que me había convertido en una persona insegura en muchos aspectos de mi vida: con mis amigos, con mi familia, en el trabajo, a nivel sentimental repetía siempre el mismo patrón.
Me había hecho una coraza que me impedía relacionarme de manera sana en muchos aspectos de mi vida. Y todo esto me generaba mucha ansiedad, una sensación de decepción con el mundo en general, conmigo misma…
En situaciones límite, he llegado a medicarme con ansiolíticos, pero obviamente funcionaban como parches, ni curaba las heridas ni afrontaba las situaciones de manera sana.
Desde que hago terapia con Mónica, siento mucha menos ansiedad, siento paz, me siento mejor conmigo misma, empiezo a quererme y a aceptarme. Estoy aprendiendo a ser asertiva, a aceptar y establecer mis propios límites.
Conocerme a mí misma, en definitiva. Mónica es una persona que te ve por dentro, te hace las preguntas que nunca antes te hiciste.
Más allá de que hagas un número X de sesiones con ella, te hace ver que el camino no empieza y termina con el trabajo de un psicólogo, te da herramientas y consejos que tienes que poner en práctica.
F.
Por ansiedad, después de una ruptura de pareja de 4 años. Estando en terapia pude tratar temas del pasado que condicionaban mi vida actual y mi forma de actuar (como problemas familiares y bullying en mi etapa adolescente por ser gay).
Después de unos meses intentando superarlo por mí mismo, sufrí síntomas físicos de ansiedad acumulada (dolor en el pecho), y vi que era momento de pedir ayuda externa y tomar las riendas de mi vida.
En el momento que acudí a mi primera sesión de terapia estaba muy bajo de ánimos y sentía que había tocado fondo. No tenía autoestima y todos mis pensamientos eran negativos.
Desde el primer día me desahogué y poco a poco fui sintiéndome más calmado y tranquilo. Actualmente he logrado superar la mayor parte de ansiedad y he realizado cambios en mis hábitos y en mi vida en general (deporte, buena alimentación, etc.).
Antes me daba miedo estar a solas conmigo y a día de hoy estoy empezando a sentirme bien y a quererme. Intento mantener una actitud positiva y desprenderme de los pensamientos negativos y autodestructivos. Siento que voy avanzando y cada vez me siento mucho mejor, más animado y más seguro.
Valoro mucho de Mónica la confianza y el poder contar todos mis pensamientos y vivencias con tranquilidad. Jamás había hablado del bullying que sufrí por mi orientación sexual, y tampoco de la adicción al alcohol de mi padre. Todo ello había generado en mi personalidad un rechazo y el tratar de hacer que eso no había sucedido.
Gracias a poder comentar y tratar estas vivencias he podido conocerme mejor y tomar consciencia de quién soy y de por qué actúo de una determinada forma en mi vida.
Gracias a esta terapia me siento mejor con mi vida y estoy evolucionando. Estoy siendo una nueva versión de mí mismo, una mejor versión.
Marta Q – Madrid
Empecé con Mónica porque durante el confinamiento y tras una serie de cambios en mi vida, desarrollé miedo a envejecer y hacerme mayor, lo que empezó a afectar a mi salud y decidí pedir ayuda.
Hablé con ella por teléfono la primera vez para comentarle mi problema y me gustó porque noté que me prestaba atención.
Poco a poco hemos ido teniendo sesiones y he mejorado bastante.
Mónica me demuestra en cada sesión que me escucha, que me observa, me ayuda a indagar, a ir un poco más allá y a mejorar semana a semana.
En cada sesión surge una cosa nueva de la que no era consciente y ella me ayuda a verlo y me da pautas para poder seguir adelante.
Si más adelante tuviera algún tipo de problema y volviera a necesitar ayuda, sin duda, volvería a confiar en ella.
S. Manoun – Siria
Mónica es una psicóloga excelente que consigue el equilibrio difícil entre ser muy profesional y a la vez lo suficientemente cercana y accesible para poder entender y así ayudar a su paciente.
Mi experiencia con ella ha sido muy importante y significativa dado las complicadas circunstancias en las que acudí a su consulta.
Se dice que todos necesitamos un psicólogo en un mundo tan fragmentado como el nuestro, y si así son las cosas, recomiendo a Mónica que es una psicóloga altamente profesional.
Su lado humano hace que su interés por sus pacientes sea de sincera dedicación para ayudarles.
Leonardo Martínez – Colombia
Después de 12 años de una exitosa carrera laboral, decidí salir de mi zona de confort y tomarme un año sabático para retomar estudios de máster en España. Renuncié a mi trabajo para radicarme en Madrid con la seguridad de que al finalizar los estudios podría encontrar un trabajo en este país; sin embargo, la situación fue muy diferente a lo planeado y antes de afectar mi integridad y mi entorno, decidí buscar asesoría.
En este camino, tuve la suerte de encontrar a Mónica, quien no solo me he ayudado a entender mi situación, sino por su conocimiento y experiencia en el área de recursos humanos me ha brindado una asesoría extra para conocer el mercado laboral español y abordar desde otra perspectiva mi búsqueda de empleo. Mónica es una profesional en su campo, orientada a las personas a través de la escucha activa y me ha asesorado en todas mis inquietudes. Siempre estaré agradecido por su ayuda durante ese proceso.
P.
Sufrí un ataque de ansiedad que me llevó primero a urgencias, después a esta consulta.
Cuando mi cuerpo ya no pudo más.
Ahora veo que todos mis síntomas «eran de manual», la ansiedad se había cronificado tanto que ya no la reconocía, formaba parte de mí.
Poco a poco se fueron sumando distintos dolores por el cuerpo, insomnio, inflamaciones… a urgencias me llevó la sensación de ahogo en la garganta… pensaba que era alergia.
Por primera vez desde que recuerdo, me siento sencillamente feliz, tranquila.
Ahora entiendo a todos aquellos que dicen «me siento bien»… yo ahora también.
El mayor cambio sin duda ha sido dejar atrás la «prisa» interior, la sensación de alarma constante, de desgracia inminente… no voy a dejar que vuelva.
I.
He sufrido muchas pérdidas importantes a lo largo de mi vida, no pensé que, a la larga, pudieran afectarme tanto en vida.
Perdí a mi madre de pequeña, las relaciones de pareja de mi padre no me ayudaban; perdí a mi abuela de más mayor, que fue como mi segunda madre, y eso hizo que las relaciones que tenía con mis tías y prima se enfriaran.
No sabía que esas relaciones, que yo consideraba un apoyo muy grande en mi vida, al faltar mi abuela, me estuvieran haciendo tanto daño y repercutiendo de una forma tan negativa.
Gracias a Mónica estoy aprendiendo a identificarlos y tratarlos.
Con mi pareja tengo problemas de convivencia, relacionados con las tareas domésticas y cómo nos comunicamos el uno con el otro. Estamos de solucionándolos con las sesiones.
Porque la situación en la que me encontraba era insostenible, estaba engordando, me sentía mal conmigo misma, me pasaba el día enfadada, no era feliz, todo me molestaba, no podía seguir así, necesita cambiar, pero yo sola no era capaz.
Ahora me siento mejor, soy capaz de encontrar paz, tranquilidad y pensar por mí misma qué me hace bien y qué no, me sorprendo a mí misma con pensamientos que, anteriormente hubieran sido culpa mía y ahora no lo son.
Estoy en un proceso de aprendizaje y me está ayudando a sentirme mejor.
C.
Me di cuenta de que por mí misma no era capaz de recobrar el control de la situación. La ansiedad había eliminado mi rutina, mis ilusiones, mis ganas por hacer cosas… y me había llenado de miedos e inseguridades.
He aprendido a pararme y reflexionar sobre las situaciones que no me hacen sentir cómoda , antes de dejarme invadir por mil emociones y la ansiedad.
También he aprendido a quererme de una forma sana, a cuidarme, a permitirme ser asertiva y decir que no, sin tener miedo al rechazo. A valorar mis relaciones y mantener aquellas que suman y construyen cerca… y a dejar ir, sin ser dependiente de otras personas.
Era mi primera vez en terapia y lo desconocido da miedo.
Pero agradezco infinitamente la cercanía desde el primer minuto y no sentirme juzgada, sino escuchada y guiada de una forma muy natural, haciendo que poco a poco las piezas encajaran.
Reserva tu primera sesión conmigo
Y convierte tu historia en inspiración para otras personas.