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Las redes sociales crean ansiedad e inseguridad debido a la adicción que generan en tu cerebro, pudiendo dañar tu salud mental, ¿por qué?
Dicen que las redes sociales son una gran mentira, pero no son más que el reflejo de la sociedad y sus códigos morales. Y esto puede llegar tanto a condicionar y determinar el tipo de relación que estableces con las personas de tu entorno, como contigo mismo.
Esto es lo que ocurriría si viviéramos en una sociedad sin filtros ni edulcorantes y te escribieras con una amigo que hace tiempo que no ves. Literalmente un baño de realidad algo incómoda.
Veamos un ejemplo:
— ¡Hola! Cuánto tiempo, ¿qué tal estas Pedro?
— Pues la verdad es que regular. Ayer tuve una discusión con mi jefe y estoy planteándome cambiar de trabajo, pero tengo miedo porque estoy pagando una hipoteca altísima.
— ¿En serio?
— Sí, y los niños están insoportables, que no quieren venir de vacaciones con nosotros, ¿te lo puedes creer? Me siento perdido, y hay días que ni me apetece levantarme de la cama.
— Ah, vaya… no sabía que estuvieras tan mal…
Queremos que la gente sepa que nos va bien, que siempre nos acompaña el éxito, el bienestar y la dicha. O, como mucho, “que no nos podemos quejar”.
Pero seguramente a tu íntimo amigo/a le enviarás fotografías en las que, según tú, sales horrible. O compartís bromas absurdas que dejan en entredicho tu reputación o inteligencia.
Y aunque no lo hagas público, es muy real; la persona de la fotografía eres tú. Esas bromas tontas son las que te hacen reír, y esa conversación es lo más natural y espontáneo que has leído en mucho tiempo. Pero ni mucho menos lo compartirías con tus followers, que para qué engañarnos, muchos no llegan ni a categoría de “conocidos”.
Estas 3 razones que te comparto, están basadas en evidencia científica, y explican cómo las redes sociales te crean ansiedad tras pasar un tiempo en Instagram, Tik Tok, Facebook, Twitter u otra red social.
Solo serás capaz de cambiar tus hábitos cuando tu cerebro entienda el POR QUÉ te sientes así y el PARA QUÉ utilizas las redes sociales
3 Razones sobre cómo las redes sociales crean ansiedad
1. — Tu cerebro está confundido, ¿quién eres?
¿Has pensado alguna vez que no puedes salir de tu propio cuerpo y verte como te ven los demás?
Las personas con las que interactúas son el puente que necesitas para conocerte. Esto es posible gracias a las neuronas espejo o como yo les llamo: “neuronas del autoconocimiento”, que se despiertan cada vez que interaccionas con alguien y te vuelcan información de ti mismo.
Pero tu cerebro también vive cada interacción virtual como si fuera en la vida real: cuando ves lo feliz que parece esa persona en su trabajo o cuando alguien te da like (o no), validando o desmereciendo lo que haces, es decir, aprobando o rechazando lo que eres, tu cerebro lo interpreta como una interacción real con otras personas.
Teniendo en cuenta que de media pasamos unas 3 horas y pico en redes sociales al día, nos da un número de interacciones MUY elevado al cabo de 24 horas.
IMPACTO. IMPACTO. IMPACTO.
Las redes sociales están llenas de personas que exponen una parte elegida de su vida y dan su opinión constantemente. Existen múltiples cuentas difundiendo causas sociales, te topas a diario con decenas de retos, consejos, ejemplos de éxitos, posibles fracasos…
El resultado:
Tus neuronas expuestas de manera continua a decenas de estímulos e interacciones por minuto, muchas veces sesgados y alejados de la realidad. Quieres el éxito de este y sufres con la desgracia del otro.
PUEDES ACABAR CREANDO DOS REALIDADES SOBRE TI: LA REAL Y LA VIRTUAL, LO QUE TE LLEVA AL AGOTAMIENTO MENTAL.
2. — La nueva droga: adicción a las sensaciones fantasma
Las redes sociales te crean la impresión de que hay personas interesadas en lo que haces. Esta sensación de reconocimiento libera dopamina en tu cerebro, un neurotransmisor que te genera placer y satisfacción de manera inmediata.
¿Y cuál es el resultado? Un cerebro adicto. Soltar el teléfono y vivir en la realidad significa renunciar a lo que tu cerebro percibe como un postre de chocolate buenísimo que le han puesto delante: ¿cómo decir que no?
¿Quién querría levantar la cabeza para encontrarse con el caótico y muchas veces desafiante mundo real?
Ya lo decía Robert Cialdini, psicólogo y escritor conocido por el desarrollo de su “ley de la persuasión”: otorgamos mayor importancia a aquello que capta nuestra atención con facilidad.
Cuanto más tiempo vivas en el mundo virtual más importancia tendrá éste en tu día a día.
Por lo tanto, invierte la balanza.
Las redes sociales son un campo de cultivo de sensaciones fantasmas transitorias, que crean una percepción irreal en tu mente.
DISTORSIÓN DE LA REALIDAD: VIVIR EN EL MUNDO VIRTUAL ES ADICTIVO, PORQUE ESTÁ DISEÑADO PARA QUE ASÍ LO SEA.
3. — El círculo vicioso de la ansiedad y la procrastinación
Procrastinas por culpa de la ansiedad, y sientes ansiedad por perpetuar la procrastinación.
La ansiedad en muchas ocasiones es una consecuencia directa de dejar las cosas importantes o que me aburren, para más tarde. Y así construyes un circulo vicioso que se retroalimenta.
Una forma de procrastinar es la recompensa inmediata que te aportan las redes sociales: tu cerebro siempre elegirá la opción más corta, rápida y satisfactoria que encuentre, porque está diseñado para vivir en busca del placer, economizando la mayor energía posible.
Entonces, ¿por qué iba a hacerte gastar más energía obligándote a preparar esa reunión que te llevará más de media hora, cuando puede hacerte sentir bien haciendo un simple clic en la App de Instagram de tu móvil?
¿Sabias que… 1 vez cada 6 minutos revisas tu teléfono?
PORQUE, ¿CUÁNTAS VECES HAS COGIDO EL MÓVIL PARA MIRAR “ALGO RÁPIDO” Y SE HA CONVERTIDO EN MEDIA HORA DE HACER SCROLL?
Por ello recupera el valor del esfuerzo, entrenando la fuerza de voluntad y tu capacidad de resistir impulsos. Cuando tu cerebro intente sabotearte dile: “sé lo que pretendes, pero ahora si acabo esta tarea, aunque no de manera inmediata, me aportará una mayor satisfacción y una recompensa más valiosa”.
La neuroplasticidad es la capacidad que tiene tu cerebro de CREAR, CAMBIAR y REORGANIZAR conexiones sinápticas, cada vez que aprendes algo nuevo o cambias tus hábitos, es decir, cada vez que sales del modo automático.
Si cambias tus hábitos con las redes sociales y vences las excusas como “lo he intentado, pero no puedo” o “no me apetecía, lo haré más tarde”…, te readaptas a vivir en el mundo real, en ese en el que no recibes estímulos y reconocimiento constantemente, y dejas de postergar tareas tediosas por sentir un placer efímero.
Elige tu tiempo de entretenimiento de forma saludable.
3 soluciones para evitar adicciones en las redes sociales mientras cuidas tu salud mental
1. — Haz limpieza de cuentas que sigues y recupera tu autoconcepto.
Sí, una por una. Deshazte de aquellas cuentas de influencers, empresas o conocidos que no te aportan inspiración, conocimiento o bienestar mental y emocional.
2. — Invierte la balanza y haz las paces con el mundo real.
Ve a configuración en tu móvil y limita el tiempo de uso, tras 60 minutos bloqueará Instagram, Facebook, Tik Tok o cualquier aplicación que te distrae de otros disfrutes.
3. — Comprométete y vence a la procrastinación.
Se ha comprobado en diversos experimentos que existe un tipo de autoafirmación muy eficaz para conseguir objetivos. Solo tienes que escribir y completar la siguiente frase “Si/Cuando…entonces…” Por ejemplo, “cuando me haga el café de la tarde, me sentaré durante 30 minutos y prepararé la reunión”.
Para finalizar te dejo este vídeo donde millennials afirman que las redes sociales crean ansiedad y depresión.
¿Crees que las redes sociales han dañado el concepto que tienes de ti y alimentado tu nivel de ansiedad?
Muchas gracias por llegar hasta aquí. Si te ha gustado el post y crees que le puede ser útil a alguien que conozcas, compártele este artículo. Colaborar y ayudar es uno de los elementos que mas nos satisface como seres humanos.
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Hola, soy Mónica Sánchez, Psicóloga Clínica experta en vínculo psicoemocional, ansiedad/estrés, violencia de género y relaciones familiares y de pareja.
Escucho constantemente cómo mis pacientes califican de «magia» lo que experimentan durante el proceso de terapia. No se trata de suerte ni de trucos, sino de ciencia y vocación.
Si tu sufrimiento te supera, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Te aportaré un espacio de tranquilidad y libre de juicios, donde poder trabajar en intimidad.
Estaré aquí, disponible para cuando lo necesites. Puedo ayudarte a superar tu malestar personal.
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